27 junio 2007

Montse Sánchez nos dice...

Colgando de un hilo


Colgando de un hilo. Laura Lippman

Muy bien escrita. Buena combinación de comentarios de la vida cotidiana, con juegos de respuestas ingeniosas, no exentas de una mirada un tanto cínica, en el mejor estilo del cine y novela negra.

Descripción de personajes llenos de matices, complejos, irónicos y creíbles, incluso los niños.
Fino sentido del humor, especialmente de lo que (siguiendo un tópico) podríamos llamar “humor judío”. No faltan reflexiones sobre conductas morales y dilemas éticos, en las que no podía faltar, of course, el sentimiento de culpa.

La investigadora, Tess, es una (medio) judía no practicante, que pese a ello se encuentra muchas veces defendiendo o rechazando juicios y prejucios sobre lo que es ser judío o pertenecer a esa comunidad. (Como catalana no nacionalista, pero catalana, me he sentido identificada).

Vamos a la trama.

Está escrita desde el punto de vista de un observador omnisciente. Gira en torno a una esposa que abandona al marido llevándose a sus tres hijos. El marido es un judío ortodoxo, que rechaza dar un apretón de manos a una mujer. La autora inicialmente te predispone contra él, haciendo que lo veas como un fanático religioso y sientas, lógicamente, empatía por la victima, la pobrecita y guapa y abnegada esposa.

Poco a poco, muy poco a poco, el judío ortodoxo va dibujándose como un hombre ingenioso, honesto, sutil, capaz de explicar y defender de manera inteligente sus convicciones religiosas, que prefiere pertenecer a una comunidad (aceptando los deberes y obligaciones que ello comporta) a las tendencias individualistas de la investigadora.

El judío ortodoxo, el marido, Mark o Mhoses, según con qué comunidad se relacione, me ha sido de gran utilidad para ver como es posible compatibilizar el ser un (rico) comerciante con las imposiciones o limitaciones que la ortodoxia de su religión le impone.

La intriga radica no en saber quién es el asesino, sino “por dónde van los tiros”, lo que va descubriéndose de forma lenta, pasada ya la mitad del libro. Una vez sabes cuál es el juego de la encantadora esposa el final es previsible, lo que agradezco sinceramente. Un final “a la americana” con sorpresa sacada de la chistera y persecución trepidante hubiera estropeado la novela.

No me extiendo más.

Montse Sánchez

No hay comentarios: